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«Fedeli per secoli»

«Fedeli per secoli»
titolo «Fedeli per secoli»
sottotitolo Il film valdese del 1924
Autori ,
Argomento Valdesia Storia e folclore
Collana Opuscoli del XVII febbraio
marchio Claudiana
Editore Claudiana
Formato
libro Libro
Pagine 61
Pubblicazione 02/2016
ISBN 9788868980795
 
6,00
 
Spedito in 7 giorni

Il libro in pillole

  • Valdo di Lione, la conversione, la predicazione del Vangelo, la nascita del movimento
  • Le persecuzioni, la resistenza, le disfatte, l’esilio e il “Glorioso Rimpatrio”
  • Templi, ospedali, scuole, asili e opere di beneficenza valdesi degli anni Venti
La ricostruzione della vicenda del film muto girato, un quinquennio prima dei Patti Lateranensi, dal pastore valdese Paolo Bosio per rievocare, a fini missionari all’estero, la storia dei valdesi e la loro vita al momento della realizzazione, con la scomparsa e il ritrovamento a New York nel 1981 e il successivo restauro.
 

Indice testuale

Titoli di testa
di Giorgio Tourn


1. Si gira
2. Il giorno della prima
3. Il film in America
4. “Phoebe” ovvero la film
5. La pellicola ritrovata

Appendici
Il restauro
Oggi
Progetto di film presentato alla tavola valdese nel 1924
Memorandum privato di Paolo Bosio
Biografia di Paolo Bosio
Nota conclusiva

Biografia degli autori

Gabriella Ballesio,
responsabile dell’Archivio della Tavola valdese dal 1990 e vicepresidente della Società di Studi valdesi, con Sara Rivoira ha pubblicato: Istitutrici e governanti dalle Valli valdesi all’Europa di metà Ottocento, Firenze University Press, e Leggere scrivere e cucire. L’istruzione femminile alle Valli valdesi nell’Ottocento, Claudiana.

Luca Pilone
nato a Pinerolo, risiede a Torre Pellice e lavora per l'ufficio Beni Culturali della Tavola valdese. Laureato in Filosofia e Storia delle Idee all'Università di Torino, nel corso del 2014 ha sviluppato un progetto dedicato al tema dell'emigrazione valdese negli Stati Uniti d'America.

17 DE FEBRERO, FECHA CRUCIAL PARA LA IGLESIA VALDENSE (I)
Leopoldo Cervantes-Ortiz
19 de febrero de 2016

El 17 de febrero de 1848 es una fecha fundamental para los valdenses, movimiento religioso surgido en Francia en 1170, aproximadamente, y obligado a trasladarse, debido a la persecución, a los valles cercanos a Turín, Italia (conocidos tiempo después como “valles valdenses”), en donde se establecieron de manera permanente y siguieron padeciendo el odio y la intolerancia de los gobernantes monárquicos durante casi siete siglos. Pedro Valdo fue un acaudalado comerciante de Lyon, quien ante un suceso que lo impactó fuertemente, decidió regalar sus bienes y salir a los caminos a predicar de manera itinerante. El grupo que fundó fue conocido como “los pobres de Lyon”. Narra Giorgio Tourn, lo que Valdo hizo a continuación: “Se hizo traducir en lengua popular los Evangelios, otros libros de la Biblia y algunos textos de San Agustín, San Jerónimo, san Ambrosio, San Gregorio y las que definía como ‘sentencias’” (Los valdenses. Colonia, Ediciones de la Iglesia Valdense, 1983, p. 11). Leyó estas obras con suma atención, aunque al principio sin comprenderlas muy bien. En 1180, Valdo dio a conocer una profesión de fe. Murió en Bohemia en 1217, tras 57 años de luchas.
A medida que avanzó el movimiento, recibieron la prohibición de predicar libremente, pues como apunta Tourn, “los ‘pobres’ pasan a ser de un movimiento de piedad a uno de protesta, radicalizándose […] La consecuencia fue una toma de posición más dura de parte del poder de la Iglesia, que decide exterminarlos como lo había hecho con todos los disidentes” (p. 24). Por todo lo anterior, la Iglesia Valdense es la comunidad “protestante” más antigua del mundo, aun cuando ese nombre no se utilizara aún, dado que asumieron los postulados del movimiento reformado en 1532, en una importante asamblea realizada en Chanforan, con la presencia de Guillermo Farel, quien más tarde trabajaría con Calvino en Ginebra durante pocos años (1536-1538), aunque él se encontraba en Suiza desde 1523. Un fruto importante de esa adhesión fue el patrocinio casi total de los valdenses para la publicación de la traducción francesa de la Biblia en 1535, por Roberto Olivetán, primo de Calvino, quien escribió el prefacio. Todo ello marcó la estrecha cercanía de este movimiento con la iglesia de Ginebra, pues más tarde muchos de ellos se trasladaron a esa ciudad, a causa de los interminables hostigamientos y masacres, de los cuales existen testimonios gráficos impresionantes.
Así transcurrieron siglos de asesinatos, como la terrible matanza de abril de 1655, conocida como la “Pascua de Piamonte”, que causó indignación en toda Europa (Tourn, op. cit., vol. 2, pp. 205-207), hasta que Oliver Cromwell exigió el fin de tal conducta, amenazando con declarar la guerra a Saboya. Es famoso el soneto de John Milton, “Sobre la última masacre en Piamonte”. Con ello comenzarían a cambiar las cosas y el regreso a Italia desde Suiza aconteció en 1689; es conocido como el “grandioso retorno” a los Valles bajo el mando de Enrique Arnaud, reconstruido minuciosamente por Tourn (p. 233). En ese contexto es notable el “manual de guerrilla” de Janavel (op. cit., pp. 211-214). Algunos más se establecieron en Alemania (www.iglesiavaldense.com/historia/hechos-fundamentales/).
En la fecha mencionada de 1848, Carlos Alberto, Duque de Saboya, otorgó en una “Carta patente” el reconocimiento de las libertades civiles, políticas y económicas a los valdenses (y también a los judíos), además de abrir las puertas para quienes quisiesen estudiar en las universidades. Así se refiere el historiador Augusto Armand Ugon, citado por el pastor uruguayo Hugo Armand Pilón (presidente de la Federación Evangélica de su país) a la importancia de dicho documento: “No nos parece exagerado afirmar […] que fue justamente la presencia física de los valdenses, con la progresiva y tenaz obra evangelística de sus comunidades, que volvió concreto a los ojos de los italianos el problema de la libertad religiosa en nuestra península”.
Ya en el siglo XIX, en 1858, muchas familias valdenses emigraron a Uruguay, en donde fundaron poblaciones tan importantes como Colonia Valdense, acaso el sitio más emblemático, aunque la presencia de esta tradición tiene fuertes raíces también en Argentina, e incluso en Buenos Aires y Montevideo existen comunidades muy representativas. Sobre esta nueva diáspora escribió el pastor Marcelo Dalmás (también traductor de la obra magna de Tourn): “El origen de esta emigración está relacionado con un movimiento iniciado por las Uniones Cristianas de Jóvenes Valdenses que promovieron asambleas populares a tal fin. Un entusiasta propulsor de esta emigración era el pastor Miguel Morel, primer pastor valdense en pisar tierra uruguaya” (Historia de los valdenses en el Río de la Plata. Iglesia valdense del Río de la Plata, 2009, pp. 13-14). La librería de Colonia Valdense lleva el apellido de este pastor.
Mucho de esta historia aparece en el magnífico documental Valdenses, dirigido por Marcel Gonnet Weinmayer (Perú, 1975), quien retomó sus raíces religiosas para acometer una investigación que lo llevó a los lugares más relevantes de la historia valdense en Italia, Uruguay, Argentina y Estados Unidos. Estrenado en Argentina en noviembre de 2015, recupera la vieja película Fedeli per secoli (Fieles durante siglos), filmada en 1924 y 1927, y que fue prohibida para su exhibición (la editorial Claudiana acaba de publicar un libro sobre ella: Gabriella Ballesio y Luca Pilone, Fedeli per secoli. Il film valdese del 1924, www.claudiana.it/scheda-libro/gabriella-ballesio-luca-pilone/c2abfedeli-per-secolic2bb-9788868980795-978.html), cuyas imágenes alterna con un apretado pero intensísimo recuento de los grandes avatares por los que ha pasado este movimiento-pueblo, como se reconocen a sí mismos los valdenses. El director reconoce que la filmación le enseñó, sobre la marcha, además de lo que aprendió con su familia, las dimensiones de esta tradición: “Creo que […] la clave está en que [los valdenses] asociaron su fe a la idea de libertad. Para ellos estos son valores supremos y las persecuciones fueron reforzando estas ideas. […] me pareció muy interesante hacer un linaje de resistencia de más de ocho siglos” (Rodrigo Seijas, “Marcel Gonnet Wainmayer: ‘Los valdenses asociaron su fe a la idea de libertad’”, www.fancinema.com.ar, 1 de diciembre de 2015).
Se trata de una auténtica ventana a un pasado y a un presente íntimamente relacionados, pues esta tradición religiosa, portadora de un testimonio probado trágicamente en múltiples ocasiones, es un ejemplo de valor, tesón y coraje para sostener sus convicciones en medio del rechazo total de un ambiente que, definitivamente, no estaba preparado para un ejercicio de la libertad profética y, mucho menos, de lo que la Reforma denominó “el sacerdocio universal”, aunque esta frase a los valdenses no les hace mucha gracia.

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Sala attigua alla Libreria Claudiana, il 16.03.2017 alle ore 18.00, Via Francesco Sforza 12/a, Milano

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